miércoles, 26 de marzo de 2014

LA TORTUGA Y LA LIEBRE



Había una vez una liebre muy orgullosa, porque siempre decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.

-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.

Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.

-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.

-¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.

-Pues sí, a ti. Pongamos nuestra meta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera.

La liebre, muy divertida, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.
Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó hablando con otros animales.

--¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle!--

Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.

Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse.
Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse jamás de los demás. También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.

A)     Según la lectura indica si las siguientes frases son verdaderas [V] o falsas [F].

V F  La liebre es un animal pequeño pero muy rápido.
V F  La tortuga es un animal lento y torpe porque tiene las patas muy cortas.
V F  En esta historia la tortuga gana una carrera a la liebre.
V F  La liebre de esta historia no ganó la carrera porque se equivocó de camino
V F  La tortuga ganó la carrera porque caminó y caminó sin detenerse.
V F  En estas historias siempre se aprende una lección.

B)      Escoge la frase que sustituya las frases en negritas

Había una vez una liebre muy orgullosa, porque siempre decía que era la más veloz.
 La liebre decía que no era veloz porque no quería ser presumida.
 Pensaba que era la más rápida del mundo y lo decía continuamente.
 La liebre era muy tímida por lo que nunca decía lo que pensaba.

A la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre …
 La liebre le propuso a la tortuga una apuesta que se le había ocurrido.
 La tortuga era muy rara y no quería hacer apuestas con la liebre.
 La tortuga le dijo a la liebre que quería hacerle una apuesta.

Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera…
 Los animales fueron a ver la carrera que iban a hacer la liebre y la tortuga.
 Todos los animales querían hacer la carrera con la liebre.
 Hicieron una reunión para correr la carrera.

Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó hablando …
 La liebre estaba segura de ganar y salió la primera
 La liebre estaba tan segura de que iba a ganar que se quedó hablando
 La liebre dejó salir a la tortuga pero la adelantó enseguida porque era muy ligera

Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás …
 La tortuga estaba muy triste porque había perdido la carrera.
 La liebre se dio cuenta de que se había comportado mal y aprendió la lección.

 A la liebre se le olvidó la lección que había aprendido aquel día

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